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miércoles, 5 de agosto de 2015

Semana 12. Artículo de opinión: Motivación a los alumnos…responsabilidad compartida! por Kattia Chacón

     Una vez más en el entorno de clases universitario, escuché durante las últimas dos semanas algunos comentarios de estudiantes que se encuentran al final del ciclo lectivo cuatrimestral, tales como: "qué cansado estoy….parece interminable el cuatrimestre”, “ya no sé ni cómo motivarme”, “odio redactar”, “el manual de APA, no lo quiero ni ver”; y otras frases cotidianas de fin de período de lecciones que estoy segura lo hemos escuchado docentes de universidad, secundaria e incluso en primaria.
     Esta reacción que refleja agotamiento, estrés y sin duda desmotiva a cualquiera con solo escucharlas, me hacen reflexionar acerca de la motivación de los estudiantes en su propio proceso de aprendizaje y me cuestiono: ¿Es la motivación un asunto del aprendiente únicamente?, y de inmediato me detuve con una simple respuesta en los labios: No, no lo es sólo del estudiante, sino que mía y de los demás colegas docentes también.
     Esta es la razón por la que, deseo compartir este artículo de opinión con los profesores, con el fin de considerar cómo motivar a los estudiantes desde nuestro trabajo en las aulas (e incluso fuera de éstas), y cómo también deberíamos comprender lo que motiva a una persona para impulsarla, hacerla partícipe de la motivación individual y ante todo para hacernos ver que la motivación es una actitud que llevamos o no, de acuerdo a los que nos inspira, necesitamos o deseamos. Así que desde ya compañeros docentes, concibo la motivación como una responsabilidad compartida.
     Si me detuviera en definir motivación, probablemente este artículo se convertiría en una compilación de perspectivas teóricas-conceptuales desde las investigaciones, estudios y experiencias de psicólogos y pedagogos a lo largo de la historia (tales como McClelland, Weiner, Bandura, Maslow, Ellis, Bruner, entre otros), por lo que más bien quiero mencionar una definición reciente, que ubique a la motivación -de una vez- incorporada al proceso de enseñanza-aprendizaje.  La motivación, según Brophy (citado por Barkley, 2010), se define como "el nivel de entusiasmo y el grado en que una persona invierte atención y esfuerzo en el aprendizaje”. Este breve concepto se enfoca en el alumno como el responsable de su aprendizaje donde lo que motiva puede ser perfectamente la obtención de una buena nota en una actividad de curso (como también lo he escuchado casi como una razón suficiente de peso que motiva a un estudiante a mantenerse atento y a sentir que hay motivos para seguir progresando en una materia).
     Sin embargo, más que una nota-evaluación lo que motiva a un estudiante debería ir más allá de aprobar un curso. De lo contrario, para qué estudiar si lo único que “motiva” es pasar al siguiente nivel, y al siguiente, y al siguiente sin detenerse!. Pues a la pregunta que planteo al inicio del artículo, quise buscarle una intención más enfocada en lo que motiva a un alumno, por lo que sin duda comparto lo que le quiero llamar motivaciones del estudiante universitario (la primera que menciono es meramente individual, pero las tres restantes son aquellas que considero compartidas con otros actores dentro del mismo proceso de enseñanza-aprendizaje), a la luz de mi experiencia docente de 17 años en universidades públicas y privadas del país.
     Las motivaciones del alumno en el nivel terciario de educación, las puedo separar desde cuatro puntos claves, a saber:
  1. La motivación personal-individual, enfocada en las habilidades-capacidades que el estudiante sabe que tiene, las cuales las aprovecha para sentirse a gusto y pleno, con la certeza de que siempre lo que haga o diga en clase (algún ensayo argumentativo o lo que reflexiona acerca de un tema de interés en una lección) y fuera de ella (tareas, investigaciones y otras que luego presentará al docente), es suficiente para estar agradado y entusiasmado para aprender constantemente. Dentro de dichas habilidades se tienen (por ejemplo), la comunicación asertiva escrita y verbal, independencia, pensamiento crítico-reflexivo y creatividad a la hora de presentar ideas, conceptos o simplemente dar puntos de vista argumentados.
  2. La motivación personal-colectiva, enfocada en las habilidades que el estudiante sabe que puede compartir con otros y que le hacen sentirse motivado por las relaciones que es capaz de sostener generando vínculos y no problemas o estereotipos que causan las rupturas típicas en los equipos de trabajo en clase. Entre las capacidades más relevantes destaco, el respeto a las ideas de otros, tolerancia a las diferencias lo que minimiza los conflictos, la habilidad de negociar cuando se plantean o planifican actividades de curso y la capacidad de cooperar, donde un estudiante comprende a cabalidad que el trabajo no es de uno, sino de todos los miembros del equipo. Esta motivación, he visto que da a las personas la sensación de pertenencia y el encuentro no sólo de compañeros, sino también de amigos y futuros colegas de trabajo.
  3. La motivación personal-docente. Ésta a la larga, es la que más he notado crucial entre la responsabilidad compartida que menciono en el título del artículo, quizá porque sé que mi propia actitud impacta en la motivación o desmotivación de un alumno. ¿Cómo es esto?, sencillo, si el estudiante ve en el profesor una figura que invita a estar en el aula, a prestar atención porque el docente comparte sus experiencias profesionales a menudo, a que la clase está planificada en contenidos, actividades y aprendizajes, que además se preocupa de dar oportunidades de intercambiar opiniones y que éstas las toma en cuenta como parte del desarrollo de la lección de manera tal que permite generar nuevos subtemas que estén relacionados con el objetivo de enseñanza, entre otros (podría señalar muchos ejemplos más, que sé compartimos usted y yo estimado docente lector). Esta motivación es entonces la que descansa más en mí como profesional, lo que por consiguiente es más fácil de trabajar para que mis estudiantes sientan que estoy ahí para ellos y por su aprendizaje.
  4. La motivación personal-profesional y laboral, la cual es particularmente la meta de los estudiantes universitarios. He visto en la mayoría de los aprendientes (para no decir que en el 100% y sin temor a equivocaciones porque no he realizado un estudio que verifique el dato), que la motivación de cursar una carrera universitaria es la culminación exitosa con miras a la búsqueda de trabajo, oportunidades en los puestos ya ocupados en empresas públicas y privadas locales, ascensos dentro de la misma compañía, posibilidades para cambiar de trabajo dentro de la mis organización pero en otros países e incluso la creación de emprendimientos que den como resultado el nacimiento de nuevas empresas o negocios en el mercado (y vaya que puedo mencionar más ejemplos, según las necesidades, expectativas y MOTIVOS que tiene un estudiante universitario).

     Ahora bien, luego de mostrar la responsabilidad compartida que motiva, igualmente considero pertinente dejar algunas recomendaciones que podría generar dos cosas, la primera motivar al estudiante o ayudar a éste para que comprenda que es también su trabajo automotivarse; y la segunda, elementos que nosotros mismos como docentes, podemos realizar en el contexto universitario, para motivar o seguir motivando a los alumnos.
Partimos de que el alumno como individuo, se motiva cuando:
  • Puede compartir sus experiencias, dudas y consultas como parte de lo que aprende nuevo o suma a su experiencia.
  • El curso tiene valor como parte de la carrera que estudia, por lo que suele poner atención de manera especial.
  • Puede trabajar actividades académicas tanto de manera individual como en equipos colaborativos (podría ser un buen balance 50% trabajo individual y 50% trabajo cooperativo).
  • Es comprendido por el docente como particular en el aula (los estudiantes esperan que todo profesor entienda las diferencias obvias que nos distinguen a los seres humanos y además que recuerde características que son particularmente de cada persona).
  • Recibe realimentación constante por su desempeño, lo que a la larga siente urgente como parte del resultado que también desea esperar en número para aprobar un curso.

Por su parte, el docente puede motivar al estudiante cuando:
  • Utiliza de manera asertiva la materia prima que proviene del estudiante (a quién no le agrada ser ejemplo positivo para explicar un tema de curso). Es un orgullo y estímulo para el estudiante que sus ideas y opiniones aporten a la clase.
  • Observa con detenimiento el comportamiento del aula como un todo, ya que puede identificar las diversas personalidades, problemas-conflictos (con el fin de minimizarlos de ser posible), consecuencias de las actividades planificadas (cuáles son las que más o menos gustan en la colectividad por ejemplo), los equipos más proactivos y las razones de acople entre pares, entre otros.
  • Utiliza la realimentación como formación y ayuda en la construcción del aprendizaje, más que como elemento coercitivo que recalca las posibles debilidades académicas de un estudiante.
  • Hacemos que ir a nuestra lección sea una experiencia que el estudiante quiera disfrutar porque se siente a gusto y al mismo tiempo aprendiendo y compartiendo el aprendizaje con los pares y el docente.

Bajo este contexto, estoy clara en el ejercicio docente basado en la comprensión continua de la motivación, simplemente porque el estudiante puede o no tener presente que motivarse depende de él. Sin embargo, lo que aún podría generar dudas es si realmente la motivación se comparte, por lo que a mi parecer y por lo que les comenté, es sencillamente una responsabilidad compartida.

Nota importante: Estimada profesora y compañeros. Al consultar a la Nación, me indican que un artículo de opinión no debe sobrepasar las 4.000-4.500 palabras con espacios. También consulté las recomendaciones del Director de Comunicaciones de la Universidad Javeriana Cali-Colombia (una universidad reconocida), donde sugiere que es pertinente que los artículos de opinión no sobrepasen las 750 palabras. Así que hice una combinación entre lo que me aceptaría la Nación, aunque sobrepasé un poco la expectativa si publicara en los medios impresos o virtuales de la Universidad Javeriana (si fuera mi interés por ejemplo en el corto plazo). Sin embargo, estoy contenta con el RESULTADO DEL TAMAÑO INTERMEDIO, ya que mi artículo de opinión consta de 1.540 palabras

8 comentarios:

  1. Buenas noches Kattia, me gusta mucho el abordaje que hace sobre la necesidad de la motivación y los distintos campos bajo los cuales se puede analizar; y mucho más me llama la atención el inicio del artículo. En ese preciso momento, me ubico como estudiante, y relaciono ese sentido de la motivación, las metas que establezco y lo que deseo lograr, con el cansancio, no solo del trabajo sino también de las múltiples ocupaciones que tengo. Y entonces me planteo, no es que nos falta interés o motivación en lo que hacemos, es que a veces sobrecargamos a nuestros estudiantes de tantas tareas, asignaciones, que no les damos el tiempo para reflexionar, para comprender y encontrarle sentido a ese aprendizaje.

    En este aspecto, debemos valorar si es necesario equilibrar tanto contenido, y en lugar de ello, si no sería más bien conveniente desarrollar diversas estrategias para lograr que el estudiante se motive, tome interés por lo que aprende y este aprendizaje sea significativo.

    Saludos

    Emilce

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    1. Gracias por el comentario estimada. Aplaudo que seamos nosotros los que debemos planificar estrategias para motivar a los estudiantes. Pero, antes de ello, somos nosotros los que debemos estar motivados de previo. El docente debe trabajar en sí mismo y ya con la motivación cimentada en el trabajo educativo, planifica hacia el estudiante.

      Las personas producimos si estamos motivadas, por lo que me interesa destacar que en el centro educativo también debe haber preocupación por motivar a los docentes.

      Saludos,

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  2. Hola Kattia.
    Muy interesante su artículo, me identifico con lo que mencionas al inicio de tu trabajo, en estas alturas del cuatri lo único que deseo es que termine, pero no es por falta de motivación sino por el cansancio físico, el cual viene a raíz de las obligaciones como estudiante, docente, madre y ama de casa.
    Considero que la motivación es un aspecto relevante en todo individuo, porque sin esta ¿qué animaría a nuestros estudiantes a querer salir adelante tanto en sus estudios como en su vida personal? Brophy (2004) plantea que la motivación para aprender es una competencia adquirida desarrollada a través de la experiencia acumulada de un individuo con las situaciones de aprendizaje. Es aquí donde el docente juega un papel fundamental en la vida del estudiante, el cual debe de propiciar un ambiente dentro del aula que le permita al aprendiente sentirse libre y motivado de realizar un aprendizaje real y significativo.



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    1. Bueno estimada, he de decir que todos estamos estresados al final del cuatrimestre (docentes, estudiantes y hasta personal administrativo). Lo que creo que hace la diferencia es la forma en como vemos nuestra vida privada-profesional para comprender como motivarnos.

      La responsabilidad de motivarse -siento-, es personal! el cansancio, las obligaciones adicionales y demás son parte de lo cotidiano. No debe depender del exterior nuestra motivación, sino más de nosotros mismos. Saludos,

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  3. Buenos días Kattia,
    De su excelente ensayo rescato una gema, el reconocimiento y la motivación por parte del profesor hacia el individuo. A los docentes nos es necesario guiar (y a veces hasta a persuadir) a los estudiantes para que vean un poco más allá y descubran áreas de su mapa de vida y formación que no han descubierto o pensado aun. En mi caso particular el mejor eesultado en términos de motivacion lo he logrado cuando el estudiante llega a darse que cuenta que tengo un genuino interés en la persona y en su aprendizaje. Creo que la fatiga es un factor psicológico creado al sentir que se acerca el cierre de un ciclo (cuatrimestre) y que puede contrarestarse con enfoque personal y un poco de ánimo por parte del docente. Saludos,

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  4. Estimado, gracias por el comentario. Me agrada e igual comparto la frase "genuino interés en la persona-estudiante". Si cada docente entendiera que el proceso de enseñanza requiere de una cuota enorme de motivación del docente en primera instancia, sería más sencillo que el estudiante se AUTO MOTIVE, porque su MENTOR lo impulsa, anima y cree en su deseo de aprender.

    Sin embargo (y sin miedo a equivocarme), he visto en la práctica que muchos docentes de primaria, secundaria, universidad e incluso con los más pequeños desde kinder; no desea dar más allá de lo que tienen que enseñar, es decir, la materia. Es una lástima que muchos "docentes" no sean capaces de visualizar que la carrera que han elegido poner en práctica como profesionales es de SERVICIO, FORMACION, MOTIVACION y ante todo constante apertura a las nuevas formas de enseñar.

    Saludos, Kattia

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  5. Buenas noches Kattia
    Muy bien describes el como la motivación y la ganas de hacer bien las cosas son dos pilares fundamentales para lograr en los alumnos un aprendizaje que fluya de forma continuo, que logre un significado pertinente para el estudiante, leía que la motivación no se caracteriza como un rasgo personal, sino por la interacción de las personas y cada situación en particular, de ahí la importancia que los aprendices en general, cada uno desde su estructura cognitiva y antropológica valoren y actúen de forma responsable y se empoderen de su aprendizaje, por lo tanto, la motivación varía de una persona a otra y en una misma persona puede variar en diferentes momentos y situaciones, de ahí, nuestra capacidad como docentes de estar muy atentos e identificar esos estadios, para estar motivándolos y hacerlos participes del conocimiento.

    Saludos,
    Marco

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  6. Estimado Marco, gracias por el comentario. La motivación, al igual que otros temas de corte PSICOLÓGICO que contiene la educación y con ella el aprendizaje, son fascinantes de estudiar y a la misma vez interesantes de entender debido a que cada persona nos motivan cosas o situaciones diferentes. Lo bueno de considerar la MOTIVACION como clave en el proceso de enseñanza, es que nos permite observar y aprender las razones que motivan al estudiante tanto dentro como fuera del aula.

    Siento que los docentes somos investigadores NATOS que debemos estar pendientes de cada elemento que activa la motivación en un estudiante y con ello aplicar dichos DISPARADORES para que la clase y el aprendizaje que ofrecemos sea realmente adquirido y apreciado por el alumno.

    Saludos, Kattia

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